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jueves, marzo 17, 2016

La Intensa Vida Emocional del Niño Intrauterino

Desde siempre se ha tenido conocimiento que toda mujer embarazada siente que entre ella y el hijo que lleva en su vientre existe un intercambio de sentimientos. Gracias a una nueva tecnología médica de la que se dispone desde finales de los años sesenta y principio de los setenta, se ha podido estudiar, al niño en el útero sin perturbarle, y lo que se descubrió ha significado una visión espectacularmente distinta de la vida fetal. Ahora sabemos que el niño intrauterino es un ser humano consciente que reacciona y que a partir del sexto mes (incluso antes) lleva una activa vida emocional. Además de este hallazgo sorprendente, se han realizado los siguientes descubrimientos:

• El feto puede ver, oír, experimentar, degustar y, de manera primitiva, incluso aprender en el útero, antes de nacer. Lo más importante es que puede sentir… no con la complejidad de un adulto, si bien, de todos modos, siente.

• Consecuencia de este descubrimiento es el hecho de que lo que un niño siente y percibe comienza a modelar sus actitudes y las expectativas que tiene con respeto a sí mismo. Si finalmente se ve a sí mismo y, por ende, actúa como una persona feliz o triste, agresiva o dócil, segura o cargada de ansiedad, depende parcialmente de los mensajes que recibe acerca de sí mismo mientras está en el útero.

• La principal fuente de dichos mensajes formadores es la madre del niño. Esto no significa que toda preocupación, duda o ansiedad fugaces que una mujer experimenta repercuten en su hijo. Lo importante son los patrones de sentimientos profundos y constantes. La ansiedad crónica o una intensa ambivalencia con respecto a la maternidad pueden dejar una profunda marca en la personalidad de un niño no nacido. Por otra parte, emociones intensificadoras de la vida, como la alegría, el regocijo y la expectación, pueden contribuir significativamente al desarrollo emocional se un niño sano.

• Las investigaciones han comenzado a dedicarse también a los sentimientos del padre. Hasta hace poco, no se tenían en cuenta sus emociones. No obstante, los estudios indican que este punto de vista es erróneo. Demuestran que lo que un hombre siente hacia su esposa y el niño no nacido es uno de los factores más importantes para determinar el éxito de un embarazo.

Con estos nuevos conocimientos a su disposición, madres y padres tienen una oportunidad incomparable de contribuir a modelar la personalidad de su hijo ya desde el seno materno. Pueden contribuir, de manera activa, a su felicidad y bienestar, no solo en el útero, sino también durante el resto de su vida.

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