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Más allá de las limitaciones impuestas por la percepción,
existe la certeza de ser lo que nunca perdimos.
El conocimiento de la conciencia de ser
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CIENCIAS ETERNAS


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domingo, octubre 01, 2017

Condescendencia de las Emociones Negativas

No podemos controlar las emociones, por la diferente velocidad a la que vibran las distintas funciones. La más lenta es la función intelectual. Las funciones motora e instintiva que tienen una velocidad aproximadamente igual, que es enormemente más rápida que la intelectual. La función emocional es aun más rápida, pero generalmente trabaja a la misma velocidad que la función instintiva. De manera que las funciones motora, instintiva y emocional son muchísimo más rápidas que el pensamiento, y es imposible atrapar las emociones mediante el pensamiento. Cuando nos hallamos en un estado emocional, aquellas se suceden una a la otra con tanta rapidez que no tenemos tiempo para pensar. Podemos lograr una idea de la diferencia de velocidad comparando las funciones pensantes con las funciones motoras. Si al efectuar algún movimiento rápido tratas de observarte, verás que no puedes. El pensamiento no puede seguir al movimiento. Tienes que efectuar el movimiento mucho más lentamente o no se puede observar. Este es un hecho claro.

La lucha real con las emociones negativas es una cuestión del futuro: no un futuro muy distante, pero hay muchas cosas que primero necesitamos conocer, y métodos que debemos estudiar. No hay una vía directa; debemos aprender los métodos indirectos sobre cómo acometerlas.
Primero de todo, tenemos que cambiar muchas de nuestras actitudes mentales, que están más o menos en nuestro poder; me refiero a actitudes intelectuales, o puntos de vista. Tenemos demasiados puntos de vista equivocados acerca de las emociones negativas; las encontramos necesarias, o bellas, o nobles, las glorificamos, etc. Debemos liberarnos de todo eso. De modo que hemos de limpiar nuestra mente en relación con las emociones negativas. Cuando nuestra mente esté en lo correcto respecto de las emociones negativas, cuando hayamos cesado de glorificarlas, entonces poco a poco, hallaremos un modo de luchar contra ellas, cada una por separado. Una persona halla más fácil luchar con una particular emoción negativa, otra encuentra más fácil hacerlo con otra. Debe empezarse con la más fácil, y lo que es más fácil para mí puede ser lo más difícil para ti; de modo que deberás encontrar la más fácil para ti, y luego llegar a la más difícil.

Muchas emociones negativas se aprenden por imitación. Pero algunas pueden estar esencialmente en nuestra naturaleza, porque nuestra naturaleza también tiene diferentes inclinaciones en un sentido u otro. Las emociones pueden dividirse en grupos, y una persona puede inclinarse más hacia un grupo y otra hacia otro. Por ejemplo, algunas personas tienen una inclinación hacia diferentes formas de miedo, otras hacia diferentes formas de ira. Pero son distintas y no provienen de la imitación. Por lo general se basan en una especie de debilidad, porque en la base de las emociones negativas yace generalmente una suerte de condescendencia, uno se consiente. Y si uno no se consiente miedos, uno se consiente ira, y si uno no se consiente ira, uno se consiente autocompasión. Las emociones negativas se basan siempre en una forma de permiso.

Pero antes que lleguemos a cuestiones tan complicadas como la lucha con las emociones negativas, es muy importante observarnos en las manifestaciones pequeñas y cotidianas de la función motora y, asimismo, observar aquellas que podamos de la función instintiva, como son nuestras sensaciones de agrado y desagrado, calor y frío; sensaciones de esa índole, que siempre pasan a través de nosotros.

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miércoles, septiembre 13, 2017

Un Significado de la Vida

Cuando un individuo se realiza por medio de la actividad espontánea y se relaciona de este modo con el mundo, deja de ser un ser aislado; él y el mundo se transforman en partes de un todo estructural; disfruta así de un lugar legítimo y con ello desaparecen sus dudas respecto de sí mismo y del significado de su vida. Las dudas surgen del estado de separación en que se halla y de la frustración de su vida; cuando logra vivir, no ya de manera compulsiva o automática, sino espontáneamente, entonces sus dudas desaparecen. Es consciente de sí mismo como individuo activo y creador y se da cuenta de que sólo existe un significado de la vida: el acto mismo de vivir.

Superar la duda básica respecto de sí mismo y de su lugar en la vida, relacionarse con el mundo comprendiéndolo desde el acto de vivir espontáneo, harán que aumenten su fuerza como individuo, así como su seguridad. Esta nueva seguridad no se halla arraigada en la protección que el individuo recibe de parte de algún poder superior extraño a él; tampoco es la seguridad en la que resulta eliminado el carácter trágico de la vida. La nueva seguridad es dinámica, no se basa en la protección, sino en la actividad espontánea del hombre: es la que adquiere en cada instante por medio de tal esfuerzo. Es la seguridad que solamente la libertad puede dar, que no necesita de ilusiones, porque ha eliminado las condiciones que origina tal necesidad.

La libertad, como elemento de realización, implica la afirmación plena del carácter único del individuo. Todos los hombres nacen iguales, pero también nacen distintos. La base de esa peculiaridad individual se halla en la constitución hereditaria, fisiológica y mental con la que el hombre entra en la vida, así como en la especial constelación de circunstancias y experiencias que le toca luego enfrentar. La expansión genuina del ser es un crecimiento orgánico, el desplegarse de un núcleo que pertenece peculiarmente a una determinada persona y solamente a ella. Por el contrario, el desarrollo del autómata no es de carácter orgánico. El crecimiento de la base de la esencia se ve obstruido, superponiéndose al ser auténtico una personalidad falsa formada por la incorporación de formas extrañas del pensamiento y emoción.

El crecimiento orgánico es sólo posible con la condición de que se acuerde un respeto supremo a la peculiaridad del propio ser, así como al de los demás. Este respeto por el carácter único de la individualidad, unido al afán de perfeccionarla, constituye el logro más valioso de la cultura humana y representa justamente lo que hoy se halla en peligro.

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lunes, septiembre 04, 2017

Libertad del Creador

El hombre puede ser libre sin hallarse solo; crítico, sin henchirse de dudas, independiente, sin dejar de formar parte integrante de la humanidad. Esta libertad el hombre puede alcanzarla siendo lo que realmente es, y se alcanza no solamente por el pensamiento, sino por la totalidad del hombre, por la expresión activa de sus potencialidades emocionales e intelectuales. Éstas se hallan presentes en todos, pero se actualizan sólo en la medida en que lleguen a expresarse. La libertad consiste en la actividad espontánea de la personalidad total integrada.


La actividad espontánea es libre actividad del ser auténtico e implica el ejercicio de la propia y libre voluntad. Al hablar de actividad aquí se refiere al carácter creador que puede hallarse tanto en las experiencias emocionales, intelectuales y sensibles, como en el ejercicio de la propia voluntad. Una de las premisas de esta espontaneidad reside en la aceptación de la personalidad total y en la eliminación de la distancia entre naturaleza y razón; porque la actividad espontánea tan sólo es posible si el hombre no reprime partes esenciales de su ser... llega a ser transparente para sí mismo y si las distintas esferas de la vida han alcanzado una integración fundamental.

La actividad espontánea es el único camino por el cual el hombre puede superar el terror de la soledad sin sacrificar la integridad de su ser; puesto que en la espontánea realización de su esencia es donde el individuo vuelve a unirse con el hombre, con la naturaleza, consigo mismo. Solamente aquellas cualidades que surgen de nuestra actividad espontánea dan fuerza a nuestro verdadero ser y constituyen, por lo tanto, la base de su integridad. La incapacidad para obrar con espontaneidad, para expresar lo que verdaderamente uno siente y piensa, y la necesidad consecuente de mostrar a los otros y a uno mismo una “máscara”, constituyen la raíz de los sentimientos de inferioridad y debilidad. Seamos o no conscientes de ello, no hay nada que nos avergüence más que el no ser nosotros mismos.

Lo importante aquí es la actividad como tal, el proceso y no sus resultados. En nuestra cultura es justamente lo contrario lo que se acentúa más. Producimos no ya para satisfacción propia, sino con el propósito abstracto de vender nuestra mercadería; creemos que podemos lograr cualquier cosa, material o inmaterial, comprándola; y de este modo los objetos llegan a pertenecemos independientemente de todo esfuerzo creador propio. Del mismo modo, consideramos nuestras cualidades personales y el resultado de nuestros esfuerzos como mercancías que pueden ser vendidas a cambio de dinero, prestigio y poder. De este modo, se concede importancia al valor del producto terminado en lugar de atribuírsela a la satisfacción inherente de la actividad creadora. Por ello el hombre malogra el único goce capaz de darle la felicidad verdadera —la experiencia de la actividad del momento presente— y persigue en cambio un fantasma que lo dejará defraudado apenas crea haberlo alcanzado: la felicidad ilusoria que llamamos éxito.

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jueves, agosto 31, 2017

Empieza a Liberarte de la Emociones Negativas

El control de las emociones es una cosa dificilísima. Es una parte importantísima de la observación de sí, pero no podemos empezar con el control de las emociones, porque no entendemos bastante acerca de las emociones. Lo único que podemos hacer desde el principio mismo de la observación de la función emocional es tratar de detener una manifestación particular en nosotros mismos. Debemos tratar de detener la manifestación de las emociones desagradables. Para mucha gente, ésta es una de las cosas más difíciles, porque las emociones desagradables se expresan con tanta rapidez y facilidad que no es posible atraparlas. Empero, a no ser que lo intentes, no podrás realmente observarte, de modo que desde el principio mismo, cuando observes las emociones, deberás tratar de detener la expresión de las emociones desagradables. Este es el primer paso. A todas las emociones desagradables, violentas o depresivas, las llamamos emociones negativas.

El primer paso es tratar de no expresar estas emociones negativas; el segundo paso es el estudio de las emociones negativas mismas, haciendo listas de ellas, hallando sus conexiones (porque algunas de ellas son simples y algunas son compuestas) y tratando de entender que son absolutamente inútiles. Suena extraño, pero es importantísimo entender que todas las emociones negativas son absolutamente inútiles: no sirven a ningún propósito útil, no nos familiarizan con cosas nuevas ni nos aproximan a cosas nuevas, no nos dan energía; sólo desperdician energía y crean ilusiones desagradables. Incluso, pueden destruir la salud física.

En tercer lugar, después de algún tiempo de estudio y observación, podemos llegar a la conclusión de que podemos liberarnos de las emociones negativas, de que no, son obligatorias. De hecho, no hay un centro real de las emociones negativas, sino que éstas pertenecen a un centro artificial en nosotros, que creamos en la infancia, imitando a la gente con emociones negativas que nos rodea. La gente incluso enseña a los niños a expresar emociones negativas. Entonces, los niños aprenden aún más por imitación; imitan a los niños mayores, los niños mayores imitan a los adultos, y de ese modo, en edad muy temprana, se convierten en profesores de emociones negativas.

Es una gran liberación cuando empezamos a entender que no hay emociones negativas obligatorias. Nacimos sin ellas, pero por alguna razón desconocida nos enseñamos emociones negativas.

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lunes, agosto 28, 2017

El Trabajo de Darse Cuenta

Sólo hay que poder ser consciente de las propias funciones instintivas de los sentidos. El trabajo instintivo interior no necesita volverse consciente. Es consciente por sí, independientemente de la función intelectual, y no hay necesidad de acrecentar esto. Debemos tratar de volvernos conscientes de nosotros mismos como nos vemos, no de nuestras funciones interiores. Después de algún tiempo podemos volvernos conscientes de ciertas funciones interiores de las que es útil ser conscientes; pero no todavía.

No se trata de adquirir sentimientos nuevos. Sólo de clasificar mejor las impresiones corrientes, las cosas corrientes que obtenemos de la vida, de la gente, de todo.

Cuando aprendemos algo, como conducir un vehículo, la función intelectual le dice a la función motora qué hacer, y cuando es eficiente, la función motora trabaja por sí misma. Primero, se aprende a través de la función intelectual.

Un mejor estado sólo puede alcanzarse mediante esfuerzo directo, tratando tan sólo de ser más consciente, preguntándote lo más a menudo posible: "¿Yo soy consciente o no?"

Estudiando al hombre en su actual estado de sueño, ausencia de unidad, automatismo y falta de control, hallamos varias otras funciones equivocadas que son el resultado de su estado: en particular, mentirse y mentir a los demás todo el tiempo. La psicología del hombre corriente podría incluso llamarse el estudio de la mentira, porque el hombre miente más que cualquier otra cosa; de hecho, no puede decir la verdad. No es tan simple decir la verdad; uno ha de aprender cómo hacerlo, y a veces eso insume un tiempo muy prolongado.

Mentir es pensar o hablar sobre cosas que uno no conoce; éste es el principio de la mentira. No significa mentira intencional: contar cuentos, como por ejemplo, decir que hay un oso en la otra habitación. Puedes ir a la otra habitación y ver que en ella no hay ningún oso. Pero si se observan todas las teorías que la gente esgrime sobre un tópico dado, sin conocer nada de ello, se verá dónde comienza la mentira. El hombre no se conoce, no conoce nada; empero, tiene teorías sobre todo. Estas teorías son mentira en su mayoría.

Para casi todo, se tienen métodos de verificación. Pero primero se debe saber qué se puede conocer y qué no. Eso ayuda a la verificación. Si se empieza con eso, pronto se escucharán mentiras, incluso sin pensar. Las mentiras tienen un sonido diferente, particularmente las mentiras sobre cosas que no podemos saber.

Recordarse significa lo mismo que ser consciente de uno mismo: "yo soy". A veces sucede por sí mismo; es una sensación muy extraña. No es una función, no es pensar, no es sentir; es un diferente estado de conciencia.

Simplemente, observa, sin suposición alguna, y observa sólo lo que puedes ver. Durante largo tiempo sólo tienes que observar y tratar de averiguar lo que puedas acerca de las funciones intelectuales, emocionales, instintivas y motoras. A partir de esto, puedes llegar a la conclusión de que tienes cuatro mentes definidas: no sólo una mente sino cuatro diferentes. Una mente controla las funciones intelectuales, otra mente muy diferente controla las funciones emocionales, una tercera controla las funciones instintivas, y una cuarta, asimismo muy diferente, controla las funciones motoras. Las llamamos centros: centro intelectual, centro emocional, centro motor y centro instintivo. Son enteramente independientes. Cada centro tiene su propia memoria, su propia imaginación y su propia voluntad.

Lo que llamamos nuestra voluntad, en el sentido corriente, es sólo el resultado de los deseos. Los resultados a veces alcanzan una línea definida de acción, y en otras ocasiones no puede alcanzar línea definida alguna, porque un deseo va por un camino y otro por otro, y no podemos decidir qué hacer. Este es nuestro estado usual. Ciertamente, nuestro designio futuro debe ser llegar a la unidad en vez de ser muchos, como lo somos ahora, porque a fin de hacer algo correctamente, de conocer algo correctamente, de arribar a alguna parte, debemos llegar a ser uno solo. Esta es una meta muy distante, y no podemos empezar a aproximarnos a ella hasta que nos conozcamos, porque, en el estado en que ahora nos hallamos, nuestra ignorancia sobre nosotros mismos es tal que, cuando la vemos, empezamos a aterrorizarnos de no poder encontrar nuestro camino en parte alguna.

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domingo, agosto 20, 2017

Atención Interna y Externa de la Conciencia

La idea de poner la conciencia en diferentes partes del cuerpo es una práctica que bien podríamos convertir en un hábito.

La observación de lo que causa las emociones negativas es siempre útil. Es extremadamente difícil observar sus causas, sin incurrir en el error de analizar. El intento de hallar las causas es analizar. Sin embargo, es imprescindible no analizar lo que observamos en nosotros mismos, sino solamente observar, reparar, darnos cuenta de tener percepción de nuestros estados interiores. Este proceder se basa en la enseñanza de que el llevar una cosa a la conciencia es empezar a cambiarla.

Por lo que respecta al Centro Intelectual, observamos, reparamos, llegamos a ser conscientes y a tener percepción de las clases de pensamiento que se suceden en este centro y en qué lugar nos identificamos con ellos. En el caso del Centro Emocional, observamos el sabor de las emociones y si nos identificamos con ellas o no. En el caso del Centro Motor, observamos la tensión de los músculos, las posturas y expresiones tensas, como fruncir el ceño, apretar los puños, las prisas, las palmadas nerviosas, el golpear las puertas, todo lo cual no es solo una pérdida de energía sino que influye sobre los demás centros. Por ejemplo, si una persona siempre pone mal gesto, esto puede ser causa de sus estados negativos. Su representación en términos musculares induce su emoción correspondiente. Cada emoción tiene una representación correspondiente en el Centro Motor. Por ejemplo, las emociones desagradables —odio, celos, sospechas, envidia, etc.— están representadas por músculos faciales contraídos y miembros tensos. Las emociones agradables relajan los músculos, la alegría extiende los miembros, y no solo lo hacen, sino que influyen beneficiosamente en todo el trabajo interior del cuerpo, las secreciones internas, y en todo lo demás. Las emociones negativas contraen y cierran: las emociones placenteras relajan y abren. En general la emoción es causa de la expresión, pero la expresión puede ser causa de la emoción —esto es, el Centro Motor puede influir sobre el estado emocional y viceversa. En este sentido algunas personas tienen un Centro Motor muy defectuoso. Tienen, por así decir, una expresión de superioridad o de aburrimiento, o de malhumor, ya que sus posturas son rígidas y tensas. Por lo tanto, para que esas personas puedan cambiar es necesario que empiecen modificando su estado, su postura, su cuerpo desmañado, sus expresiones faciales habituales.

Es importante practicar la relajación. En algunas situaciones es la única cosa que nos es dable practicar, tan solo relajarse y no pensar. Hay que empezar con los pequeños músculos de la cara. Pero, para relajar los músculos de la cara es necesario tener conciencia de que están tensos o contraídos. Un músculo puede estar tenso sin contraerse visiblemente. Puede hallarse en un estado de tono elevado que es innecesario, y provocar una pérdida de energía.

Cuando se dice de una persona que esta "excitada" o alguna frase similar, si se la examina, se suele hallar que todos sus reflejos son demasiado vivos, lo cual significa una fuerte tensión de los músculos que son mantenidos demasiado tiempo distendidos y así pierden fuerza.

Si bien no es fácil cambiar los hábitos de pensamiento y los hábitos emocionales, sino que es más fácil cambiar los hábitos de movimiento y de postura corporal. Es por eso que a no ser que el trabajo sobre el Centro Intelectual y el Centro Emocional no sean acompañados con el trabajo sobre el Centro Motor, no hay manera de esperar resultado alguno.

En suma, una mente cambiada es más poderosa que un Centro Motor cambiado. Y por lo que respecta los grados superiores de la comprensión mental y emocional, el Centro Motor no puede ensenarlos. De hecho, ellos son los únicos que pueden, una vez despiertos, enseñar al Centro Motor, lo cual concluye en una perfecta comprensión.

La atención dirigida que se practica, digamos, unos cinco minutos, colocando la conciencia en cada parte del cuerpo, empezando con los músculos de la cara, producirá resultados definidos en cualquier momento cuando se realiza con el fin de prevenir un periodo difícil de identificación. Dirigir la propia atención al Centro Intelectual o al Emocional exige atención interna. La atención interna empieza con la observación de sí. Colocar la conciencia en la tensión muscular del cuerpo es a la vez atención interna y externa. Se empieza, digamos, colocando la conciencia en el pulgar derecho, luego se la traslada al izquierdo, y así sucesivamente.

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lunes, julio 31, 2017

Leyes Universales que Influyen en el Ser Humano

Un hombre inconsciente no puede convertirse espontáneamente en Hombre Consciente. La conciencia del Hombre Consciente no sucede automáticamente. El hombre inconsciente sigue siendo un hombre maquinal toda su vida hasta que empiece a trabajar sobre si y se dé los combates necesarios para despertar.

El Hombre puede estar bajo diferentes órdenes de leyes. La más baja es la Ley de Accidente. Esta incluye a toda la gente inconsciente, buena o mala en el sentido ordinario. Un hombre puede estar bajo la Ley de Accidente, o puede estar bajo la Ley de su Destino, o puede estar bajo la Ley de Voluntad. Un Hombre consciente está bajo la Ley de Voluntad.

El hombre inconsciente es una máquina que reacciona siempre de la misma manera a los estímulos externos.

Solo un hombre que empieza a conocerse y trabajar sobre si cabe decir que posee un "Yo Real”, y una Voluntad Real. Solo por el crecimiento de la Esencia, que es lo que le pertenece, un hombre puede pasar de estar bajo la influencia de la Ley de Accidente a la Ley de Destino.

Un hombre inconsciente, reacciona desde la Personalidad, la cual no le pertenece. La Personalidad esta bajo más leyes que la Esencia. La Personalidad está bajo 48 órdenes de leyes y la Falsa Personalidad bajo 96. La Esencia esta bajo 24 órdenes de leyes, y un correcto desarrollo y crecimiento de la Esencia le puede al de un hombre que está solo bajo 24 órdenes de leyes —las leyes del Sol─. Entonces, ese hombre, está bajo la Ley de Voluntad.

Un hombre posee dos cosas: Lo que le pertenece realmente y lo que cree que pertenecerle. Se trata de lo que es real y lo que es irreal. La Esencia es la parte real en comparación con la Personalidad que es irreal. Existe siempre lo que pertenece al hombre y lo que no le pertenece. El crecimiento de lo que le pertenece significa un desarrollo de la Esencia. El crecimiento de lo que en realidad no pertenece al hombre significa el crecimiento de la Personalidad.

La Esencia es lo que siempre pertenece a un hombre. La Personalidad es lo que ha adquirido de su contacto con la vida externa. Solo lo que le pertenece puede producir el crecimiento de la Esencia. Si nos empeñamos en una dirección que no es nuestra, nos hallaremos, pues, en un lugar de nuestro interior que nos es realmente extraño y hasta hostil. No obstante, el crecimiento de lo que nos es propio, el crecimiento de nuestra Esencia, significa el crecimiento de la propia comprensión, porque la comprensión nos pertenece, y el crecimiento de la comprensión significa el crecimiento de la conciencia.

El término "conciencia" no tiene significado alguno a no ser que sea conciencia de algo, y al decir esto se percibe cierto estado de conciencia, que parece no tener contenido, sin embargo, tiene un contenido comparable al sentimiento del “yo” liberado de sus ataduras externas, un “yo” liberado de la identificación.

Un desarrollo de la conciencia es un desarrollo del significado. Es ver mil cosas donde antes solo se veía una. Es ver mil conexiones donde primeramente solo se veía una conexión. Es ver mil significados distintos donde antes solo se percibía un solo significado. Es este acrecentamiento de la riqueza interior lo que denota un aumento de conciencia. La conciencia es Luz. Un aumento de conciencia ilumina cada vez más. En vez de ver únicamente la mesa se ve toda la habitación, y luego se ve la casa en la que está la habitación y así sucesivamente.

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martes, junio 27, 2017

Las Actitudes Configuran la Falsa Personalidad

La Falsa Personalidad nos procura una existencia enteramente irreal y solo nos atrae cosas irreales. Hace que uno se identifique con lo que no es uno mismo.

Es un gran obstáculo tener una larga descendencia. La gente suele identificarse con sus antepasados y sin embargo nacen en el mundo, completamente libres de sus antepasados. La verdadera Esencia viene al mundo completamente separada de las condiciones en las cuales haya podido nacer y ser concebido. Si uno se siente orgulloso de su origen en el Tiempo y el Espacio nunca podrá llegar a su verdadero Ser.

Es preciso comprender que no nacemos por medio de nuestros padres sino que nuestra Esencia nos viene de las estrellas como algo por completo independiente de nuestro origen. En otras palabras, lo que tenemos que comprender es que descendemos de un origen por entero diferente.

Esa curiosa cosa que se llama Falsa Personalidad es capaz de hacemos sentir que somos algo porque hemos tenido en una época, o en otra, a un antepasado muy distinguido, muy notorio que cometió varios crímenes y creo a la policía muchas dificultades. La Falsa Personalidad es una cosa extraordinaria, digna de ser estudiada tanto en uno mismo como en las otras personas.

Las actitudes son en nosotros cosas irreales. Cada uno tiene ciertas actitudes, o puntos de vista, inculcados desde los cuales contemplan a todas las demás personas y también a sí mismos.

Las actitudes son cosas muy difíciles de observar en uno mismo. Fueron establecidas en nosotros en una edad muy temprana, mediante lo que nos han enseñado y son, hablando prácticamente, casi siempre actitudes negativas. Lo que la gente denomina una buena educación es lo que da a una persona sus características actitudes negativas y cuando esas actitudes negativas fueron implantadas correctamente se dice que dicha persona es bien educada.

Ahora bien, las actitudes negativas se fijan gradualmente en nosotros y luego se convierten en escudos. Una actitud típica, a menos que se la rehúya, se establece gradualmente, por así decirlo, y al cristalizar se convierte en una defensa. Una vez que se ha convertido en defensa es muy difícil de percibir. Un escudo, o defensa, es lo que nos impide ver las contradicciones en nosotros mismos. Es por eso por lo cual un hombre con muchos escudos tiene a menudo tanto éxito en la vida. Parece gozar de fuerte voluntad. Sus defensas le impiden ver que hay algo que anda mal en él, y sin embargo tal hombre es un hombre muy débil, situado en un lugar muy bajo en el Escala de Ser.

Transformar esta manera de ser requiere que empezamos con un impersonal estudio sobre uno mismo. Con la idea de que es preciso lograr el conocimiento de nuestro Ser. Evidentemente, solo se puede lograr adoptando un nuevo punto de vista y al mismo tiempo examinándose conscientemente, advirtiendo cómo se habla y se comporta uno y así sucesivamente. Este es un movimiento orientado hacia el interior. Solo de esta manera un hombre puede separarse de sí mismo. Una parte de la práctica de este auto-estudio consciente es la de observar nuestras actitudes.

Cuando llegamos al punto de ser capaces de observar nuestras actitudes, esto pone en nosotros algo en movimiento que nos conduce a algo extraño, a nuevos pensamientos y sentimientos.

En general, damos por sentado lo que somos y así nunca vemos que nuestro estado de Ser atrae en todo momento lo que nos sucede.

Nuestras actitudes son casi siempre actitudes negativas por cuyo medio nos distinguimos de los demás y así estimulamos esa falsa concepción de nosotros mismos denominada Falsa Personalidad. Es menester observar y conocer todas nuestras actitudes vengativas. En cierto sentido solemos observar nuestras actitudes negativas pero las consideramos como si fueran perfectamente justas. Pero, lo que importa aquí es que en realidad no vemos que son actitudes implantadas en nosotros por nuestra educación y por imitación y que en verdad no son en absoluto nosotros mismos. No solo debemos observar sino conocer muy bien en nuestra memoria que son definitiva y permanentemente nuestras actitudes. Las actitudes negativas nunca producen beneficio alguno, simplemente nos vacían. Y una vez que nos damos cuenta de ello ya no tenemos derecho ni excusa para identificarnos con ellas.

Las actitudes nunca piensan. Obran automáticamente. Se asemejan a lugares endurecidos en el Centro Intelectual, a pensamientos cristalizados, y ya que son casi siempre negativas terminan por convertirse en escudos.

Cuando una persona habla desde sus opiniones fijas, quien le escucha se aburre, empieza a bostezar. Esa persona no está pensando. Las actitudes se establecen en el Centro Intelectual y ocupan el lugar del pensamiento verdadero, individual. Afectan el Centro Emocional, pero su punto de partida está en el Centro Intelectual. Si ve a una persona llena de actitudes adquiridas y sin otra cosa, sentirás que es imposible hablar con dicha persona; porque, dicha persona, no puede liberar su pensamiento de las actitudes adquiridas.

Si estás lleno de actitudes negativas nunca serás capaz de ponerte en contacto en ti mismo con las partes superiores de los centros y así tampoco con cualquier nivel superior de Ser. Si tienes muchas actitudes negativas de las cuales no te has enterado y las aceptas como si fueras tú, es lo mismo que llevar gran numero de abrigos. En tal caso, esa persona no puede pasar por el estrecho camino de sinceridad interior.

Es necesario agregar que no cuesta nada observar las actitudes en las otras personas, y conocemos perfectamente cuando una persona habla desde una actitud característica. Por cierto es agotador. Es mucho más difícil observar las actitudes características en uno mismo, pero es necesario hacerlo. Se lo percibe vigilando la entonación de la propia voz. Esta es una entre muchas maneras de lograrlo. Cuando se está hablando desde una actitud notarás que hablas con una voz brusca, opaca. Como lo advertirás en otras personas, trata de verlo en ti mismo. Entonces advertirás cuan común es tu vida y quizá desdichada debido a actitudes que adquiriste y no eres capaz de discernir.

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martes, abril 11, 2017

Despertar la Conciencia

Normalmente, es imposible hacer voluntarios los sentimientos, en el sentido de poder originar nuestros propios estados de ánimo, porque tal como somos, estamos obligados a acomodar la función emocional a los reflejos espasmódicos dominantes del primer cerebro, también llamado cerebro reptil.
El sistema límbico tiene muy poca fuerza, o voluntad, ya que es el centro el centro instintivo el de mayor fuerza. Cuando el sistema límbico se transfiere al cerebro reptil, entonces es el sistema límbico el que tiene mayor fuerza y puede funcionar voluntariamente.
Cuando el cerebro reptil llegue a albergar el sistema límbico, este último compartirá la fuerza y autoridad del cerebro reptil, y por primera vez tendrá los medios para dirigir la maquinaria biológica humana en su totalidad.
Para empezar, debemos poner los arneses al centro instintivo y obligarlo a llegar a ser el centro mental, quitándole toda su actividad de centro motor, usando nuestra voluntad de atención para seguir intensamente cada movimiento del cuerpo.
El centro mental, residiendo ahora en el cerebro reptil, ya tendrá la fuerza y la voluntad orgánica necesaria para ejercer auténtica autoridad sobre toda el cuerpo. Éstos son los primeros gruñidos primitivos de la voluntad real.

La base de este trabajo es la disciplina. Si el centro mental del cerebro reptil dice, “Despiértate,” finalmente tiene la voluntad y la autoridad para ejercer su influencia sobre el cuerpo, y todo el cuerpo está obligado a obedecer.
Quita la atención del cuerpo de su normal fijación en el flujo asociativo de pensamientos pasajeros y en el diálogo interno, y colócala estrictamente en las actividades motoras del cuerpo. Éste es un ejercicio interno especialmente valioso cuando se llevan a cabo labores físicas... cavando zanjas, pintando, lijando, edificando, fregando los platos, cuidando de los niños... Por ejemplo, supongamos que sucede en este momento que tu cuerpo está usando el brazo derecho para levantar la taza para tomar café; observa al mismo tiempo como el cuerpo se apoya en la pierna izquierda, la pierna derecha mínimamente levantada; ahora el cuerpo está sonriendo y cambiando su peso a la pierna derecha.
En pocas palabras, usa la forma usual de la atención; pero en este caso, el sujeto de la atención es ahora exclusivamente la postura y los movimientos del cuerpo observad, excluyendo cualquier significado psico-emocional.
Normalmente, nuestros movimientos ocurren mucho antes de que los notemos, si es que alguna vez llegamos a ser verdaderamente conscientes de ellos, porque no estamos educados para asentar nuestra atención en los movimientos del cuerpo.
El cuerpo lleva a cabo en secreto la mayoría de sus actividades. El cuerpo bebe sin nuestra atención; come sin nuestra atención; incluso hace el amor sin nuestra atención. Ésta es la sanción que pagamos por permitir que el sistema límbico funcione como centro mental.

Después de haber mantenido nuestra atención en las actividades del cuerpo durante un rato, su rutina llega a ser evidente, y sus actividades parecen mucho menos arrolladoras. Después de haber transcurrido mucho tiempo, la aparentemente atareada y compleja actividad caprichosa de antes, llega a ser tediosamente previsible, porque de hecho, el cuerpo hace muy poco. Cuando por primera vez empezamos a observar seriamente, el cuerpo parece ser un remolino de actividad caótica.
Observa tu mano como si fuera un objeto extraño; pero al mismo tiempo, date cuenta de que es una parte automática del cuerpo; se enreda, se agita, todo por sí sola, sin tu dirección voluntaria.
Observa con asombro cómo, por sí solo, coge un tenedor; nota que ahora el cuerpo está sonriendo; la mano endereza el cuchillo y alisa la servilleta en la mesa. Y éstos sólo son los toscos movimientos de unas pocas partes del cuerpo, y sólo en el exterior superficial. ¿Cuándo lleva a cabo una rotación de la muñeca? ¿Qué músculos se usan?
Las diferentes combinaciones musculares producen movimientos variables. No sólo la mano, sino todo en el cuerpo está ligeramente afectado por las reverberaciones de cada movimiento. Con el tiempo deberíamos ser capaces de colocar nuestra atención con firmeza en todo lo que haga nuestro cuerpo.
¿Dónde reposa la tensión cuando el cuerpo está en reposo? Percibe el centro de gravedad del cuerpo mientras cambia. Nota de vez en cuando el centro de gravedad y dónde llegan a reposar los puntos de peso. ¿Dónde está tu mayor punto de peso? ¿Usas fuerzas para mantenerte en equilibrio? Supón que relajas totalmente toda tu musculatura, ¿qué pasa? Intenta calcular cuánta fuerza se ejerce para mantener tu cuerpo en esa postura; hazlo percibiéndolo.

La tensión sólo es mensurable en comparación con la relajación. Si nos falta la voluntad para relajar el cuerpo, no podemos usar la sensación para determinar la tensión exacta requerida para mantener una postura. La relajación y tensión deben llegar a ser voluntarias para cualquier observación seria del cuerpo.
Empezando con la postura del cuerpo en conjunto, como si estuvieras estudiando una estatua -enfocando primero en las manos, la máscara facial, el torso, los brazos y las piernas- intenta ver las actividades del cuerpo como una unidad completa. Por ejemplo, observa tus posturas sentado en una mesa, escribiendo en un cuaderno, paseando por un bar; empieza con las posturas y los movimientos más obvios y observables. Por ahora, hasta que seas muy habilidoso, olvídate de las fluctuaciones delicadas y sutiles...

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miércoles, marzo 29, 2017

Conducta Compulsiva y Mecanica de la Personalidad

La ilusión de ser plenamente conscientes de todo lo que hacemos o decimos es muy fuerte. Como resultado de ello justificamos nuestra conducta más inconsciente. Explicamos todo, lo que en realidad quisimos decir o hacer. De este modo evitamos ver hasta qué punto actuamos mecánicamente. Si una persona se justifica a sí misma en todo es porque cree llevar siempre la razón y nunca admitirá que actúa inconsciente y compulsivamente. No obstante, una sincera observación de sí misma, imparcial y directa le mostrará que no lo es. Esto provoca un nuevo estado emocional. Esos estados vencen las emociones que pertenecen a la “falsa personalidad”. Por lo general, son penosas para la vanidad o la auto-valoración. Es, desde luego, la vanidad lo que justifica nuestra conducta compulsiva y nos impide ver que actuamos de manera mecánica.

Una emoción solo puede ser vencida por otra emoción. Tras las emociones negativas aparecen la ira, la violencia, el recelo, la amargura, los cargos internos y todo lo demás. Pero tras la emoción que surge de la comprensión de nuestro comportamiento mecánico está la paz. Y es esta emoción la que puede vencer las emociones negativas.

Si uno se observa a sí mismo percibiendo cada situación, cada evento de su vida de una manera mecánica, se puede tomar todo de una manera nueva. Un hombre ordinario no es más que un mecanismo, con defensas, actitudes y retratos de sí mismo, que siempre son los mismos. Pero si un hombre empieza a luchar contra su comportamiento mecánico, si empieza a ver que está dormido en su adquirida máquina, entonces deja de ser esa persona que la vida y la educación hicieron de él.

Es preciso recordar que el pensamiento lógico, que se funda en los sentidos orientados hacia el mundo externo, no nos pone en contacto con los Centros Superiores, que existen en toda persona, que están plenamente desarrollados y nos envían sus influencias. Lo desdichado es que no poseemos un aparato receptor para recibirlas.

"¿Qué es lo correcto y qué es lo equivocado?"
"Todo lo que induce a dormir y a identificarse más es equivocado, todo lo que despierta es correcto".

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